Las tres chicas estudiaban alrededor de una mesa de camilla. Maica se quitó las gafas y dijo: mi hermano el Flaco está pasando una mala racha, estoy preocupada por él. Tere y Ángela levantaron la mirada al unísono. Maica continuó diciendo que él estaba cada vez más aislado de la familia, que había dejado los estudios y que su casa era un drama. Su hermano le había pedido el favor de quedarse en el piso de vez en cuando y ella le contestó que lo consultaría con sus compañeras.
Ángela abrió la puerta y se encontró con un chico extremadamente delgado, guapo y con grandes ojos color miel. Llevaba una pequeña bolsa de viaje azul. Sin duda era El Flaco.
Le llevó hasta el cuarto de su hermana y le preguntó si había cenado. Él le agradeció la oferta y le dijo que estaba muy cansado y que se iba a acostar.
Era sábado por la mañana, Ángela no se había ido ese fin de semana a su pueblo. Se estaba tomando un café en la cocina cuando apareció El Flaco con su melancólica sonrisa y con su pícara mirada. Mientras desayunaban hablaron nerviosamente, con timidez. Se estaban conociendo. Él recogió su bolsa azul y le dijo que iba a salir.
No volvió hasta el domingo por la tarde y entones su bolsa azul parecía pesar mucho mas. Maica y Tere regresaron del pueblo y los cuatro se sentaron alrededor de la mesa. El Flaco les había traído un queso de bola y mantequilla holandesa. Mientras se lo comían, sonaba una cinta de cassette. Escuchad esto, es Janis Joplin -les dijo él-.
Una poderosa y desgarrada voz cantaba "Me and Bobby Mcgee". La casa se llenó de palabras, de risas. Ninguna de ellas hizo preguntas, solo disfrutaron del momento. Los cuatro eran muy jóvenes y la década de los 80 acaba de empezar.
Durante dos meses, el Flaco estuvo yendo de vez en cuando por el piso y siempre se repetía la misma situación: él se iba y al día siguiente volvía con su bolsa repleta, de la que sacaba un queso de bola y una lata de mantequilla.
Algún tiempo después. Maica les dijo que por ahora su hermano ya no vendría porque se había ido a Madrid. No lo dijo con alivio sino con tristeza y un punto de preocupación apenas perceptible.
Las tres se hicieron fans de Janis Joplin y siguieron con sus vidas.
Después de un fin de semana, Maica no volvió así que las dos bajaron a la calle en busca de una cabina de teléfono. "Ha muerto, mi hermano ha muerto. La policía le ha matado como a un perro".
Las palabras de Maica resonaron en la cabeza de Ángela como una letanía. No pudo llorar, ni hablar, ni pensar. De forma casi mecánica presionó el "play":
La La la la la la la la la, hey now Bobby, now Bobby McGee, yeah...
Toñi B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario