Sin saber muy bien hacia dónde va, ni con quién va, ni por qué va, sin importarle mucho siempre que sea hacia delante, hacia delante, hacia delante, siempre hacia delante. Javier Cercas, "Soldados de Salamina".

martes, 1 de marzo de 2011

Me and Bobby Mcgee

Las tres chicas estudiaban alrededor de una mesa de camilla. Maica se quitó las gafas y dijo: mi hermano el Flaco está pasando una mala racha, estoy preocupada por él. Tere y Ángela levantaron la mirada al unísono. Maica continuó diciendo que él estaba cada vez más aislado de la familia, que había dejado los estudios y que su casa era un drama. Su hermano le había pedido el favor de quedarse en el piso de vez en cuando y ella le contestó que lo consultaría con sus compañeras.

Ángela abrió la puerta y se encontró con un chico extremadamente delgado, guapo y con grandes ojos color miel. Llevaba una pequeña bolsa de viaje azul. Sin duda era El Flaco.
Le llevó hasta el cuarto de su hermana y le preguntó si había cenado. Él le agradeció la oferta y le dijo que estaba muy cansado y que se iba a acostar.

Era sábado por la mañana,  Ángela no se había ido ese fin de semana a su pueblo. Se estaba tomando un café en la cocina cuando apareció El Flaco con su melancólica sonrisa y con su pícara mirada. Mientras desayunaban hablaron nerviosamente, con timidez. Se estaban conociendo. Él recogió su bolsa azul y le dijo que iba a salir.

No volvió hasta el domingo por la tarde y entones su bolsa azul parecía pesar mucho mas. Maica y Tere regresaron del pueblo y los cuatro se sentaron alrededor de la mesa. El Flaco les había traído un queso de bola y mantequilla holandesa. Mientras se lo comían, sonaba una cinta de  cassette. Escuchad esto, es Janis Joplin -les dijo él-.
Una poderosa y desgarrada voz cantaba "Me and Bobby Mcgee". La casa se llenó de palabras, de risas. Ninguna de ellas hizo preguntas, solo disfrutaron del momento. Los cuatro eran muy jóvenes y la década de los 80 acaba de empezar.

Durante dos meses, el Flaco estuvo yendo de vez en cuando por el piso y siempre se repetía la misma situación: él se iba y al día siguiente volvía con su bolsa repleta, de la que sacaba un queso de bola y una lata de mantequilla.

Algún tiempo después. Maica les dijo que por ahora su hermano ya no vendría porque se había ido a Madrid. No lo dijo con alivio sino con tristeza y un punto de preocupación apenas perceptible.

Las tres se hicieron fans de Janis Joplin y siguieron con sus vidas.

Después de un fin de semana, Maica no volvió así que las dos bajaron a la calle en busca de una cabina de teléfono. "Ha muerto, mi hermano ha muerto. La policía le ha matado como a un perro".

Las palabras de Maica resonaron en la cabeza de Ángela como una letanía. No pudo llorar, ni hablar, ni pensar. De forma casi mecánica presionó el "play":

La La la la la la la la la, hey now Bobby, now Bobby McGee, yeah...


Toñi B.

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